Critique (56)

Entrevista con Santiago Fouz


Durante el festival Fifigrot en Toulouse, tuvimos la suerte de tener una programación dedicada a Bigas Luna, director español que habíamos descubierto con Angustia en el Extreme Cinema hace muchos años. El Bigas Luna Tribute es un proyecto organizado por Betty Bigas, hija del director, y Santiago Fouz Hernández, catedrático en la Universidad de Durham, investigador, escritor, conferenciante y productor de un podcast, autoridad en el cine de Bigas Luna. Quería escribir un artículo sobre el cine de Bigas Luna como he hecho sobre Ana Lily Amirpour o Adilkhan Yerzhanov. Pero Santiago Fouz aceptó una entrevista, y creo que la mejor cosa para descubrir el cine de este director es escuchar al especialista. ¡Nos sentimos honrados de que Santiago Fouz haya aceptado nuestra propuesta!

Para conocer mejor a Santiago Fouz antes de leer la entrevista, pueden visitar su perfil en la página web de la Universidad de Durham Y también leer su último libro sobre el cine de Bigas Luna.

Dolores para L’Écran : Muchas gracias por aceptar esta entrevista! ¿Puedes presentarte para nuestros lectores y también decirnos de dónde te viene tu pasión por el cine de Bigas Luna?

Santiago Fouz : Pues soy profesor de cine español en la Universidad de Durham, en Reino Unido, donde ejerzo la docencia e investigación desde hace 27 años y me especializo en masculinidades en el cine y en el trabajo de directores como Ventura Pons o, sobre todo, Bigas Luna.

Franco murió cuando era yo era un niño. Toda esa época del fin de los años 70 era el fin de la dictadura y descubrimos muchas cosas, era una época donde la libertad se estaba desatando. Para entender el cine de Bigas Luna es capital de tener el contexto en mente: eran películas provocadoras, pero eran cruciales, un soplo de aire fresco después de 40 años de censura franquista. Vi las películas de Bigas Luna cuando era joven y tenía ya una reputación de ser escandaloso. Pero a mí me abrieron los ojos. Eran liberadoras, un cine libre, sin complejos. La figura de Bigas Luna me ha fascinado porque era valiente y libre. Más tarde, cuando vi Bilbao durante los años 80, ya me fijaba en otras cosas: el énfasis de la película en la textura, el sonido, el olor, los colores… Era una película muy sensorial y sensual. Después, ya como profesor de cultura ibérica y cine en el Reino Unido, las películas de Bigas Luna tomaron otra importancia para mí, en particular, las películas de los 90: la trilogía ibérica: Jamón Jamón, La teta y la luna y Huevos de Oro. Son películas que juegan con los estereotipos de la cultura ibérica (la comida, el machismo) que me facilitaron el trabajo como casos de estudio que interesaron a los estudiantes.

Dolores para L’Écran : Y también has escrito un libro sobre el cuerpo en el cine. Me parece que el cuerpo, y la sexualidad masculina, en el cine de Bigas Luna, es un ángulo particular como el machismo, la virilidad en Jamón Jamón o los tabús sexuales que arrastran los personajes en desviaciones sexuales en Bilbao o Caniche

Santiago Fouz : Sí, te refieres a mi libro Cuerpos de Cine, de 2013, y efectivamente, escribo sobre el cine de Bigas Luna en un capítulo precisamente sobre esa trilogía [la trilogía ibérica: Jamón Jamón, Huevos de Oro y La teta y la luna, NDLR]. Efectivamente, es un buen punto de comparación. La trilogía más oscura que decías tú, la que vimos en Toulouse, Bilbao, Caniche y también Angustia, explora el cuerpo femenino como objeto de deseo. Lo curioso es que en Jamón Jamón el objeto de deseo pasa a ser el masculino. Huevos de Oro tiene un póster de Javier Bardem agarrando sus genitales. ¡Fue un póster muy polémico aquí en Reino Unido! Bigas decía que le parecía curioso que el póster de Rambo en el que agarraba una metralleta resultara normal, violencia sí, sexo no.
En ese sentido, el cuerpo masculino juega con el estereotipo del macho, pero de manera muy irónica. Porque en realidad ese macho que parece saberlo todo y poderlo todo, se convierte en moneda de cambio, en un objeto de transacciones.

Poster de Huevos de Oro © Hugo Films

Por ejemplo, en Jamón jamón Raúl, el personaje de Javier Bardem, utiliza su masculinidad, su músculo y su potencia sexual como moneda de cambio. Conchita, la madre de José Luis, interpretada por Stefanía Sandrelli, lo utiliza como un objeto para que su hijo no se quede con Silvia. Gracias a su atractivo físico, Raúl seduce a Conchita. Conchita lo utiliza para seducir a Silvia. Él utiliza su cuerpo para conseguir una moto Yamaha, su sueño. El macho pasa a ser un objeto para conseguir otros objetos; todo está a la venta en esta nueva sociedad. La mujer objeto se ve más en la trilogía anterior que mencionaste, como en Bilbao, pero luego, en los 90, la cámara de Bigas Luna se gira hacia el hombre.

La película sugiere que en la sociedad española más consumista de los años 90, todo estaba a la venta. Después de la dictadura, el capitalismo entra en la sociedad con mucha violencia; todo y todos están en venta y se refleja en esas películas. Pero lo interesante es que no son solo las prostitutas las que hay en la película, por ejemplo, Carmen, interpretada por Anna Galiena, sino que también es el hombre, el protagonista. Raúl representa al macho ibérico, pero en realidad de forma bastante irónica, porque, en realidad, es bastante vulnerable. Eso se confirma en la segunda película de la trilogía, Huevos de Oro, donde Benito también interpretado por Javier Bardem, termina al final de la película arrancando un bidé y empapándose. Y yo leo esto como una imagen de romper las aguas y volver a nacer. La masculinidad del macho ibérico se revela como una fachada, pero también una fase infantil.

Imagen tirada de Huevos de Oro © Hugo Films

Dolores para L’Écran : ¿Son temas, la sexualidad, el cuerpo masculino… que se ven en otras películas o son concentrados en la trilogía ibérica?

Santiago Fouz : En la trilogía de Retratos Ibéricos, está muy concentrado. Pero realmente es un tema recurrente que persiste. Hacia el final de su carrera, hubo otra trilogía dedicada a las mujeres. Mucha gente piensa que no es una trilogía, pero yo la considero como tal, siguiendo las declaraciones del propio Bigas Luna al presentarla. De hecho, son dos. Una que incluye las películas Bámbola, la Camarera del Titanic y Volavérunt. Son tres películas que celebran el protagonismo femenino. Esa trilogía vuelve a poner el punto de vista de la cámara sobre la mujer, la mujer mediterránea, francesa, italiana, española, pero una mujer muy protagonista, muy segura de sí misma y de su sexualidad, muy en control de la narración. A pesar de que vuelvan a ser un poco objeto de la cámara cinematográfica, fotográfica o del pincel y del lienzo en el caso de Volavérunt, son mujeres que también devuelven la mirada.

Penelope Cruz en Volavérunt. © Mate Producciones

Y después está su última trilogía, inacabada, sobre ‘las mujeres y el éxito’, que incluye las películas Yo soy la Juani y Di Di Hollywood. Esa última trilogía, de nuevo, le otorga protagonismo total a la mujer. Es una historia de una chica joven, interpretada por la actriz Verónica Echegui, que tristemente murió este verano a los 42 años, que vive en las afueras de Barcelona y quiere ir a Madrid para ser actriz. Lo consigue y después va a Hollywood, en una segunda parte en la que su protagonista, DiDi, que interpreta Elsa Pataky. Es una trayectoria que pasa con una mujer cualquiera, desconocida, que tiene esta ilusión de ser actriz y lo que pasa cuando triunfa en la industria del cine. Es una película que, de alguna forma, anticipó el fenómeno de Me Too, ya que trata sobre los abusos contra las mujeres en la industria. Son mujeres que van comiéndose el mundo con muchas ganas de triunfar, pero cuando llegan a la industria, ven que no es oro todo lo que reluce: que está llena de trampas, abusos y explotación. Y ese fue su último filme. Así que, si es verdad que la trilogía de retratos ibéricos pone el énfasis en la masculinidad y después retoma un poco a las mujeres en las dos últimas trilogías, incluida una trilogía no acabada, así como en la película Son de mar, estrenada en 2001, entre esas dos trilogías femeninas.

Dolores para L’Écran : Me gusta mucho lo que dices sobre Me Too, porque en el cine ABC nos has preguntado cómo el público que no conoce a Bigas Luna puede recibir sus películas como Caniche o Bilbao. Personalmente, son películas que me han impactado y me han gustado, y creo que los temas son muy actuales. No son provocaciones fáciles ni superficiales para ofender al público, pero sí tienen un fondo real. Y creo que todo eso hace de Bigas Luna un pionero. ¿Cuál será el legado de Bigas y su influencia sobre la sociedad y el cine?

Santiago Fouz : Bueno, puede ser múltiple. En primer lugar, es una persona que trabajaba mucho con la imagen a nivel de estilo. Él era artista también, artista plástico, pintor, escultor, fotógrafo, diseñador de muebles… Entonces, era un director muy conceptual que jugaba mucho con la imagen. Por ejemplo, mezcló el metraje clásico, 35 milímetros, con las imágenes digitales en Yo soy la Juani. Él también fue pionero en hacer videoartes.

El digital y la pelicula tradicional en Yo Soy la Juani. © Manga Film

Pero también fue un director que descubrió a muchos actores, por ejemplo, Penélope Cruz, Javier Bardem, Verónica Echegui, Jordi Mollá, son actores que se descubrieron en su cine. De hecho, Consol Tura, que tú conociste en Toulouse porque era una de las invitadas en el cine ABC, era su directora de reparto y ella descubrió a toda esta gente que ahora gozan de tanto reconocimiento internacional… Javier Bardem y Penélope Cruz son los únicos actores españoles en haber ganado un Óscar. Bigas Luna tenía mucho talento para descubrir actores, pero también tuvo una influencia importante al formar a otros directores y profesionales del cine. En los años 2000 tuvo un taller, Taller Bigas Luna- en el que se formaron muchos directores, como Pilar Palomero, por ejemplo, que está ahora teniendo mucho éxito. Y muchas mujeres en esos talleres. Bigas Luna es un director que, aunque llegó a tener fama de sexista, y bueno, puedes ver que en algunas películas hay un elemento de sexismo, pero que en realidad siempre se rodeaba de mujeres y, si cabe, las películas denunciaban precisamente ese sexismo que puede verse representado en ellas. Muchas veces también sus asistentas de dirección eran mujeres. En breve grabaré un episodio del pódcast de Bigas Luna, que saldrá en noviembre, sobre Angustia. La primera asistenta de dirección es Rosa Bergés, que después fue directora de cine. En este sentido, es un director cuyo legado para mí ha sido uno de formación también de otros directores y de inspiración para generaciones de creadores/as. Es un creador que ha tenido un gran impacto, no solo por sus películas, sino por toda su producción audiovisual, mucho mayor que estas. Yo me especializo en el cine, pero debo recalcar que Bigas Luna tiene una obra plástica muy considerable.

Y también rompió muchos tabúes, tanto de estereotipos nacionales como de estereotipos sexuales. Viniendo de una dictadura, es muy importante tener una figura que, ya en el mismo año en que murió Franco, rodó su primera película, de la que se van a cumplir 50 años el año que viene, Tatuaje. Ahí vemos cómo ya empezaba a romper todos esos tabúes y a desafiar la censura, desde el principio hasta el final. También sobre el tema de la performance del género, que después se habló tanto en los años 90 y se sigue hablando ahora. Y él ya empezó con eso desde el principio, ofreciendo estudios profundos sobre qué es ser mujer, qué es ser hombre, la masculinidad, el Me Too, la crisis financiera que se anticipó también en Huevos de oro y, hacia el final de su vida, la ecología, algo de lo que queda constancia en su obra póstuma (el documental Bigas x Bigas y lo que sería su última adaptación literaria, Segundo origen, de tema postapocalíptico) Y todo eso en nuestra época, donde las ideas se están volviendo muy retrógradas, es muy importante ver de dónde venimos, porque siempre hay la tendencia de retroceder. Todo el mundo parece ahora tan sensible con cosas tan naturales como el sexo o la igualdad. Estamos en una época puritana, a la que estamos regresando peligrosamente.

Podcast del Bigas Luna Tribute sobre Tatuaje y los debuts de Bigas Luna al cine

Dolores para L’Écran : Durante la presentación en el ABC nos ha mucho hablado del estilo visual y de los temas y todo eso de las películas, pero también el sonido y la música son muy importantes en sus películas. Hay momentos que está como obsesiva y por momentos los sonidos se neutralizan y solo se oyen voces…

Santiago Fouz : En primer lugar, tenemos la música de la Rapsodia española de Ravel en Bilbao que es el tema central, una banda sonora muy repetitiva. Esa repetición del sonido en el contexto de Bilbao transmite a través del sonido esa obsesión mental del protagonista con el personaje de Bilbao. Isabel Pisano, que interpreta Bilbao, también falleció este año, por cierto, y me parece importante hacerle un homenaje porque hizo realmente solo esa película, pero bordó ese personaje.

Rapsodia Española de Ravel, la música en Bilbao

Pero más que el sonido o la música, eso es un gran ejemplo de cómo el cine de Bigas Luna envuelve al espectador o a la espectadora con todos los sentidos. En Bilbao, el personaje de la mujer se deshumaniza, se convierte en un concepto. El hombre está tan obsesionado que escucha la canción Bilbao, sólo por su título, o guarda un mapa de Bilbao, aunque la historia transcurra en Barcelona, todo eso va a alimentar sus fantasías desaforadas. También con la imagen del pescado que se come esa salchicha de Frankfurt. Una imagen que Bigas Luna decía que era de las principales en su filmografía, porque se mezcla lo orgánico, el pescado, con lo que se ha procesado de forma un poco artificial, la salchicha de Frankfurt. Esa imagen representa la felación que no se ha realizado en la película, la felación que no se puede representar, porque si no sería pornografía. Pero es una forma de representar conceptualmente esa imagen.

 La escena de la salchicha y del pescado

Y esa imagen también inspira olor, porque te puedes imaginar cómo huele el pescado y la sensación de manipularlo, con toda su viscosidad grimosa. Un tacto que te puede producir de forma abyecta: te sientes atraído a tocar esas escamas del pescado, pero también da un poco de grima y de asco al tacto y al olfato. Pues esa idea del tacto, esa idea del sabor —porque estamos hablando de alimentos—, los olores que te puedes imaginar y también el sonido: es una forma de envolver todos los sentidos y meterte un poco en la posición obsesiva y repetitiva de este personaje. Son películas que involucran al espectador de forma háptica, de forma sensorial. Y es otra razón por la que me atrae su cine y por la que es un caso de estudio en realidad tan actual si pensamos en la teoría del cine de los últimos veinte años.

Dolores para L’Écran : Una última pregunta para terminar, es una cosa que me gusta pedir durante mis entrevistas. ¿Tienes una recomendación de una película menos conocida, una pepita rara para recomendar a nuestros lectores?

Santiago Fouz : ¡Tengo dos! De Bigas Luna te diría una que se llama Reborn, Renacer, una película de principios de los años 80 protagonizada por Dennis Hopper. Es una película en inglés que se filmó en Estados Unidos, la única que se filmó allí. También es una obra muy pionera porque habla sobre los tele evangelistas en los años 80. Es sobre una mujer italiana que tiene estigmas y la llevan a Estados Unidos para convertirla en espectáculo y máquina de hacer dinero. Y si ahora ves las cosas que vemos en televisión, toda esa ambigüedad moral y ética, pues se me antoja que esta es otra película que se adelantó a su tiempo.

La otra película que te puedo recomendar se llama Only on Earth es un documental sobre los incendios en Galicia. Es una película de este año, dirigida por la directora danesa Robin Petré. Se estrenó ayer en el London Film Festival y es un documental con una historia realmente interesante para entender la cultura rural gallega y la importancia de la naturaleza, tan expuesta a las consecuencias del cambio climático. Como soy de Galicia, la verdad es que me pareció fascinante toda la reflexión. La vi ayer y no paro de pensar en ella; fue una sorpresa para mí, porque la verdad es que fui al festival esa mañana para ver otra película y, al no haber entradas, me entré en esa. La vida está llena de sorpresas y siempre hay que estar abierto a descubrir cosas nuevas y dejarse sorprender.

De nuevo, nos gustaría agradecerle a Santiago Fouz su contagiosa pasión por el cine de Bigas Luna, y esperemos que esta entrevista os despierte curiosidad por su cine.

Para profundizar sobre este tema, no duden en escuchar el podcast de Bigas Luna en Youtube (o en cualquier otra plataforma como Spotify o Apple), producido por Santiago Fouz y co-presentado con otra especialista en su cine, Carolina Sanabria.

El podcast sobre el cine de Bigas Luna

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